Es muy probable que con la llegada de la adolescencia de los hijos, comiencen a producirse signos de alarma en la educación de los mismos. Los padres obviamente se preocupan, y lo aconsejable es que se ocupen, más vale prevenir, que curar, dice un refrán conocido......
La mayor parte de los problemas que se van a presentar podrán detectarse antes de que lleguen a serlo realmente, es cuestión de actuar a tiempo.
Pareciera que al llegar a los 14 o 15 años con un coqueteo previo a los 12 o 13 años en su pre-adolescencia, que todo lo construído sobre el niño, en cuanto a su educación, valores, respeto, se va por la barranca, pero no es tan así.
Los adolescentes, en su necesidad de expresar que ya son grandes, que quieren y necesitan independizarse de los padres, tienen una particular forma de expresarlo, que es con la rebeldía.
La rebeldía es una etapa en la adolescencia que se caracteriza por una actitud violenta y opuesta a los limites establecidos, y los coloca en situaciones de enfrentamiento con aquellos que no entienden exactamente cual es y por que sucede esta postura....
Tienen diferentes formas de demostrar su rebeldía, una especie de sublevación ante todo, gritando, murmurando, contestando, reclamando, revoleando lo que tienen a su alcance....
Obviamente uno empieza a preguntarse como padre, que sucede, que le pasa, porque hace eso, se replantea su rol como padre, si lo habrá hecho bien, si el camino elegido para su educación, fue el correcto......
No tiene nada que ver con lo que han hecho los padres, antes de la crisis adolescente, pasa por los jóvenes, que no pueden controlar sus emociones, sus arranques, en algunos casos, son más violentos, más peligrosos, y en otros, son más tranquilos, más llevaderos, durante la etapa que están atravesando sus vidas.
Pueden volverse, más introvertidos, adoptando una postura pasiva, silenciosa, pero caprichosa, pueden ser más agresivos, reaccionar ante la menor situación, aún cuando no tiene cabida esa reacción, volviéndose más hirientes, un poco intentando hacer sentir al otro, lo que realmente está sintiendo en su interior ellos mismos, pueden convertirse en egoístas, mandones, gritones, irrespetuosos a las normas, transgrediendo todo, a pesar de... y por último pueden actuar dentro de un marco de la normalidad, aceptando los cambios, sin luchar contra ellos, sino mencionando cada pensamiento, repudiando las injusticias, tratando de mejorar las reglas, para que se ajusten a lo que ellos realmente piensan y quieren.
Los padres, deben acompañar a sus hijos, cuidando, que no se lastimen, que no caigan en peligros, apuntando con toda la humanidad, posible, y no con tenacidad y castigo, las cosas que están haciendo mal, cuanto más se empecinen los padres, más empecinados estarán los hijos.
Es mejor dejar correr el tiempo, aguantar, la situación, obviamente dentro de los carriles normales que puedan estar llevando los adolescentes en su camino a la adultez.
Reflejos femeninos.blogspot.com
Fuente: interrogantes.net
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